El arte está para disfrutarlo, vaya eso por delante. La búsqueda de utilidad en las obras de arte siempre ha sido un esfuerzo absurdo e ineficaz, pues su escenario principal es el del placer. Aunque cómo dijo Charles Eames: ¿Quién dijo que el placer no es útil?
Hecha esta aclaración, y si bien cómo digo, el arte no nos debe nada más allá de un deleite estético, también es cierto que podemos sacarle mucho más jugo. No me estoy refiriendo a usar un lienzo de Rembrandt como tabla de planchar como sugirió Duchamp (aunque esto también sería interesante), sino a las lecciones que podemos aprender de las obras de arte, o mejor dicho, de sus creadores.
Los artistas suelen tener una forma diferente de ver y relacionarse con el mundo de la que podemos extraer valiosas lecciones que podemos aplicar a nuestro propio campo profesional, sea este el que sea, o incluso a nuestro día a día. Si nos fijamos en su metodología creativa, los artistas pueden llegar a ser mucho más que un referentes culturales, pueden ser también modelos vitales a imitar, pues a lo largo de los años nos han enseñado a…
1- Aceptar el error
Muchos artistas han repetido el tópico de afirmar que buscan la perfección en sus obras. No es una mala aspiración esa de querer superase a uno mismo, sin obsesionarse claro. Pero más importante todavía es aprender a asumir que no todo depende de nosotros, que hay factores que no controlamos, y que la perfección es imposible. Duchamp es, como para casi todo, un referente magistral en este aspecto. Cuando en 1926 su gran obra inacabada durante años “El gran vidrio” se rompió en un traslado, Duchamp decidió pegar las piezas y afirmar que la obra por fin estaba terminada.
Marcel Duchamp jugando al ajedrez. Foto de Julian Wasser.
2- Tomarnos las cosas con calma
¿Quién no firmaría por sumarle un par de horas a cada día? Vivimos cada vez más estresados, preocupados por la productividad de nuestro tiempo, monitorizando y cronometrando cada actividad que realizamos… y a pesar de todo, cuanto más corremos más nos inunda la sensación de que el tiempo se nos escapa entre los dedos. Los artistas son un modelo de calma, de que se puede ser bueno o rápido, pero no las dos cosas al mismo tiempo, y de que la multitarea no suele ser buena compañera de la calidad. El ejemplo extremo en este aspecto es sin duda Antonio Lopez, que ha convertido la lentitud con la que trabaja en una característica performativa de su personalidad artística. Veinte años para pintar el retrato de la familia real pueden parecer muchos, pero ¿qué prisa había?
Antonio López pintando en la madrileña Puerta del Sol. Foto de EFE.
3- Disfrutar del proceso
Este punto va unido a los dos anteriores. Vivimos como sociedad obsesionados con el resultado final, con alcanzar la perfección y el triunfo. Sin embargo todos sabemos, pues lo afirman desde los filósofos más eruditos a la sabiduría popular, que lo importante en la vida está en disfrutar el camino. Los artistas del siglo XX centraron su foco de atención en el proceso creativo, ensalzando a este por encima del resultado plástico final. Tal es el caso de las obras de Pollock, donde lo que vemos en el lienzo es “sencillamente” el rastro del proceso.
Jackson Pollock y Lee Krasner, 1950. Foto de Hans Namuth.
4- Cuidar nuestra autoestima
Los artistas saben venderse a sí mismos, saben ser memorables a ojos del espectador realzando sus diferencias frente a los demás. Dalí o Warhol eran verdaderos expertos en esto que ahora está tan de moda: la marca personal. No cabe ninguna duda, el talento y el trabajo duro serán siempre indispensables para conseguir nuestros objetivos, pero es muy importante que nosotros mismos nos creamos lo que hacemos, que nos convenzamos de que valemos, sólo así tendremos alguna oportunidad de convencer a los demás. Tan contraproducente es el ego desmedido como la falsa modestia o la baja autoestima.
Andy Warhol
5- Aprovechar el entorno
Si viajas en transporte público seguro que te has percatado que de un tiempo a esta parte raro es el viajero que despega su vista del móvil durante el trayecto. Nos desplazamos por el entorno como si no fuera con nosotros, como si nuestro cuerpo fuera algo ajeno, un mero contenedor y el contexto simplemente un decorado intrascendente. Aprender a mirar e interactuar con el entorno es algo que también podemos aprender de los artistas contemporáneos, desde los creadores de Land Art a los artistas urbanos.
The Lightning Field, obra de Walter de Maria
6- Cuestionar el sistema
Al margen de lo que se pueda pensar la institución artística sigue siendo bastante conservadora. Es un ambiente elitista en el que las reglas están marcadas desde el primer momento, con un fuerte respeto a la tradición. El triunfo de los artistas de vanguardia del siglo pasado fue cuestionar las normas y tensarlas al máximo, buscando el límite de lo posible. Al final esta provocación se terminó convirtiendo en canon, porque el sistema artístico, como el modelo capitalista, tiene una enorme capacidad para absorberlo todo, incluso los ataques a su propios valores. Pero a ese nuevo canon no tardó en salirle oposición, en forma de artistas que volvieron a cuestionar el sistema, y así ad infintum.
Mierda de artista, obra de Piero Manzoni
7- Valorar la inutilidad
En un mundo tan consumista, utilitarista y pragmático como el que vivimos pocas cosas son tan necesarias como aprender a disfrutar de la inutilidad. Esto puede entenderse como una simple pataleta de rebelde disconformidad, pero en realidad se trata de algo más importante. Disfrutar de lo improductivo nos remite a lo que nos hace humanos, evitando reducirnos a simples entidades productivo-consumistas. Muchos artistas han sido los que, en plena expansión de la mecanización y posterior digitalización del mundo, han reivindicado la -inútil- belleza y el -improductivo- disfrute que se encuentra por ejemplo en la obsolescencia de los productos industriales, o directamente en la basura.
Yard, 1961. Obra de Allan Kaprow.
8- Reinventarse como única norma
Como hijo predilecto de la lógica capitalista, el arte contemporáneo mantiene como una de sus constantes, ya desde el principio, la búsqueda incansable por la novedad. Esta obsolescencia constante de las novedades estéticas, que son sustituidas rápidamente por nuevas aportaciones, no es sin duda algo elogiable a simple vista, pero tiene una lectura positiva. Los mejores artistas de la modernidad y postmodernidad han aprendido a reinventarse constantemente, a salir de su zona de confort cuando más cómodos se sentían, gracias a la perdida del miedo al fracaso y a la experimentación continúa que les ha permitido evolucionar profesional y personalmente. En artistas como Picasso se cumple a rajatabla la máxima de Heráclito: Lo único constante es el cambio.
Pablo Ruiz Picasso en 1973.
9- Reivindicar los márgenes
Ampliar horizontes, viajar, conocer otras culturas y en definitiva aprender a “pensar fuera de la caja”. Si mantenemos las mismas variables en la ecuación el resultado será siempre el mismo, pero el mundo es mucho más amplio que nuestra manera de ver las cosas, y los artistas han aprendido a mirar a otros colectivos, minoritarios y en ocasiones oprimidos, para reivindicar su valor cultural y descubrir nuevas formas de mirar y pensar.
Mujeres de Tahiti, 1891. Obra de Paul Gauguin.
10- Pensar antes de hacer
O incluso pensar y nada más. El concepto y la idea son términos que los artistas han puesto en valor. Se trata, de nuevo, en quitarle importancia al resultado final, al objeto fetichizado, para dársela en este caso al propio concepto. Al fin y al cabo un artista puede tener muy buena técnica, pero sin una buena idea detrás, una obra no vale nada. En el veloz y consumista mundo que vivimos, donde hasta la información se nos da procesada, digerida y lista para tragar, darle importancia al pensamiento, al verdadero pensamiento crítico, puede ser considerado como el mayor de los actos revolucionarios.
Una y tres sillas, 1965. Obra de Joseph Kosuth.
buen artículo.
Reblogged this on mediacionartistica.
Con el tiempo, no cambias tus buenas ideas Jorge ! Y las mejoras. Gracias por seguir apasionado. Aquí te dejo un link que te hada conocer un filosofo francés que me encanta también por sus buenas ideas y su forma asequible de ensebarlas al publico. Quizás será también un ejercicio de francés para ti :) en cualquier caso hablamos.
https://www.youtube.com/watch?v=9MCU7ALAq0Q Un abrazo ! Yola
Muchísimas gracias Yola, me hace muchísima ilusión tu comentario. Veré el video, aunque mi francés lo tengo bastante olvidado, pero lo intentaré :) Un abrazo enorme!
Me gusta ;)
Pero buen post. Había que transmitirlo.
Gracias Alex :)
Estupendo articulo. Que lo lean los ‘loimportantesonlasmatematicas’ del mundo educativo
Toda la razón Raquel, hay que reivindicar la importancia de las letras y las artes en la educación, el colegio debería formar personas, no máquinas productivas :)
Fantástica entrada; la comparto seguro.
Muy interesante el artículo! Lo comparto, muchas gracias!
Hizo el lunes no tan lunes::::)
m_esquerre_b13@yahoo.es
hdhdhdhdhdhdhdhhhdhdhdhdhdhdhd M_Esquerre_Bmmmama
Yo que apenas me estoy iniciando me ha parecido interesante este artículo, espero seguir atento a este blog.
muuuy interesante y enriquecedor para comentar y seguir hablando…gracias por estas reflexiones. Lo compartiré en mi taller de arte entre los alumnos.